Continuo hoy con el bicho mecánico de este mes…
Tras establecer un primera idea del concepto, toca detallar las partes. En este caso la cabeza.
Para ello parto del concepto inicial de darle forma de bola llena de sensores y visores. Para ello me he basado en el mástil del Kiowa Warrior (como ya podéis ver en el post de la semana anterior) y le he añadido influencias del morro de un AH-64D (esto para los más geeks). Con ello pretendo romper ligeramente ese aspecto tan redondo. Lo cual le da un aspecto más militar, más agresivo y sobre todo más cercano a un concepto futurista pero con lazos con la actualidad.
Esa especie de “sombrero” de la que surge la bola contiene otro visor independiente que gira sobre su eje (aunque aún esta sin detallar en el dibujo). La bola contiene un par de visores en un soporte que gira en torno al eje.
Una vez creada estos primeros detalles de la cabeza pasamos a mostrar el cuello. En su origen era una pieza rígida, pero posiblemente segmento el cuerpo en tres partes por medio de un eje giratorio. De este primer segmento salen las patas delanteras.
Le he dado aspecto de fuselaje de avión, de domo donde incluir las partes electrónicas, y bla, bla, bla… Aparte le he dado ese aspecto de “chepa” encorvada para que se asemeje más a una hiena o un guepardo huesudo.
Aún sin decidir si el aspecto final de la lámina será este… he ido añadiendo detalles de un uso corriente en el campo de batalla. Y que mejor que dejar a sus futuros usuarios que pintarle una típica boca de tiburón en el “fuselaje”.
Esta versión es menos mula de carga y más mala bestia, así que una buena manera de mostrar testosterona militar es añadirle mala leche en forma de nose art del bueno… y claro esta, con detallitos de uso. Fijaos en la pintura desgastada en las juntas, en los detalles esta el diablo.
Y bueno… por hoy este es mi segundo pasito en la lámina mensual… Si las musas me iluminan la próxima semana tendremos un par de patas con menos pinta de abrelatas…
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