Gabinete psicológico Kathy Burns

Es muy extraño cómo cada paso que da uno en la vida acaba convirtiéndose sin querer en una pieza más o menos fundamental de su obra. Cómo cada experiencia acumulada la modifica, convirtiéndola en algo vivo que probablemente le trasciende a uno, hasta el punto de llegar a pensar que va por donde ella quiere, no por donde quiere el autor. Esa es la sincera sensación que tengo sobre la serie que definitivamente va a llamarse MOHAWK. Cada vez más, la idea de crear una historia visual de ficción se va convirtiendo en un mero pretexto sobre el que estoy construyendo algo cuya magnitud aún desconozco.

Mi trabajo anterior sentó la serie sobre unas bases muy precisas, regidas por el cánon áureo, el número de oro, o como se le quiera llamar. Lo sorprendente es que a esta base, de un modo semi-consciente le estoy añadiendo conceptos que a mi juicio enriquecen la obra. En este caso, mi propia historia me llevó a situar en el punto mágico de la colonia el gabinete psicológico, gobernado por la doctora Kathy Burns. De algún modo era consciente de que este lugar sería uno de los centros principales de esta trama. La semana que precedió al post anterior, comencé con el libro “Introducción a la psicología Junguiana” del doctor Robin Robertson. No fue casual, lo compré. No sé por qué, quizás para entender lo que estaba haciendo, quizás para entenderme a mi o quizás porque tenía ganas de conocer al viejo psicoanalista que salió volando de la consulta de Freud.

Lo realmente sorprendente de esto es que, de alguna manera, dicho libro me ha descifrado, (o eso creo al menos) gran parte de esta composición, no tanto en su aspecto físico sino psicológico. Echadle un vistazo y luego vamos al grano:

Gabinete psicológico Kathy Burns

Gabinete psicológico Kathy Burns

Como podéis comprobar, hay un nuevo personaje sentado en el diván. Hoy he acabado de leer los tipos psicológicos de Jung, y cómo podemos acceder tanto al incosciente colectivo como al nuestro propio, através de nuestra “sombra” y nuestra “ánima”. En resumen, la “sombra” representa aquellos aspectos reprimidos de nuestra psique, los cuales se encarga de alojar el incosciente. En definitiva, aquello que rechazamos ser. Quién sabe hasta qué punto estoy proyectando mi propia sombra sobre alguno de estos personajes.

Curiosamente, aquí tenemos una escena con la que Jung podría disfrutar de lo lindo, por su abundante contenido simbólico. ¿Cual es el motivo de haber elegido para mi cyborg los aspectos formales de un lagarto, una araña y un escorpión? Quizás porque pensé que serían los animales más adecuados para adaptar un ser vivo al entorno marciano, quizás por determinadas influencias arquetípicas… A saber.

Este a su vez está dando la espalda a la luz para proyectar su propia sombra contra la doctora. ¿Qué lugar ocuparé en todo esto? ¿Será el cyborg jurásico mi propia sombra y la doctora mi lado femenino interrogándome?. Si bien he colocado a propósito el mito de Adán y Eva. ¿lo habré hecho por lo que creo que lo he hecho o me ha empujado alguna otra idea?. Luego está el significativo protagonismo de los peces, colocados según mi juicio por su efecto calmante inmediato. ¿Tendrán alguna misión más en esta composición tan onírica?

No lo voy a negar, estoy confuso. Estoy avanzando de un modo muy lento a nivel técnico porque medito muchísimo, quizás demasiado, cada aspecto de la obra y sin embargo tengo la sensación de que finalmente lo he hecho de un modo automático. En fin, esto es lo que hay. Podéis darle vueltas. O podéis no hacerlo. Yo me voy a tomar una cerveza.

Icar

Icar

Leave a comment